¿Qué es la exit strategy?
Numerosas organizaciones deben enfrentarse al reto de retirarse o finalizar proyectos de cooperación, lo cual nunca es fácil para aquellos participantes involucrados.
La “exit strategy” se trata del plan que establece cómo, una vez conseguidos los objetivos o llegado el final de un proyecto, la organización participante se retirará, o cómo cambiará el plan y su papel en él.
Es importante que este plan de salida se establezca desde el comienzo para mitigar el riesgo de problemas, y tener en cuenta durante toda la estrategia de acción la sostenibilidad. De igual manera, es importante revisar el plan con asiduidad mediante los datos recolectados junto a los socios locales para contrastar la evolución del proyecto, y realizar modificaciones. Las bases para una buena sostenibilidad a la hora de realizar la estrategia de salida se establecen en la etapa de planificación por lo que cualquier error durante este periodo puede conllevar problemas de difícil solución a posteriori.
Una vez acabado un proyecto, y de acuerdo con la “exit strategy” establecida, los participantes pueden seguir comprometidos con las acciones llevadas a cabo en la región, o desentenderse de las mismas. Para ello es importante haber determinado previamente el plan de salida, donde se marca la forma en que el proyecto se transformará, si se trasladará a otras manos, o simplemente acabará. Una buena estrategia de salida puede determinar el éxito final de un proyecto o su continuación.
Los proyectos de cooperación buscan llevar cambios permanentes y sostenibles a las comunidades en las que se realizan, por lo que no deben depender únicamente de las organizaciones y apoyos externos. Es decir, los apoyos externos deben ser temporales, y su objetivo no puede ser perpetuarse en un territorio durante un extenso periodo, ni convertir a las comunidades locales en dependientes de esa ayuda. Para conseguir un cambio real y duradero de la situación, se debe haber planeado con anterioridad la forma de acabar el proyecto para que los resultados realmente impacten las comunidades. Así, una de las primeras metas en cooperación debe ser la generación y/o fortalecimiento de las capacidades de los actores locales, de manera que tengan un rol protagónico en el proyecto una vez la organización deje de intervenir.
¿Cómo diseñar una buena exit strategy?
Al sentarse a reflexionar sobre la mejor “exit strategy”, primero hay que plantearse una serie de preguntas junto a los socios locales:
- El objetivo por cumplir para establecer la estrategia consensuada.
- Qué actividades se mantendrán al acabar el proyecto.
- Las razones que puedan llevar a término el proyecto.
- Las medidas preventivas a seguir en caso de problemas.
- Los roles de cada una de las partes y las lagunas que puedan surgir para que comiencen a ejercer un determinado rol (por ejemplo, la formación que necesitan para desempeñar su papel).
- Los indicadores para realizar un seguimiento y los plazos a cumplir.
Este es un ejemplo de tabla en la que recopilar toda esa información:
Algunos consejos para diseñar una “exit strategy” con éxito son:
- Contar en todo momento con la participación y feedback de los socios locales. Debe establecerse desde el comienzo una estrategia conjunta, dirigida por ellos mismos, convirtiéndolos así en un activo del cambio. Esto se denomina “local ownership” o “apropiación local”, y es de gran relevancia ya que es esencial que las comunidades locales se involucren desde un comienzo en todas las fases del proyecto, de forma que los actores se aseguran de que todos los grupos están representados de manera eficaz, especialmente los más vulnerables. Promoviendo su participación la organización se asegura de que el impacto llega directamente a la comunidad, y esta es capaz de mantener los beneficios una vez finalice el proyecto.
- Que la estrategia sea flexible y reproducible. Esto quiere decir que debe ser capaz de adaptarse a los obstáculos y circunstancias que ocurran durante el proyecto, por lo que desde el primer momento debe establecerse una estudiada estrategia de prevención. Además, en caso de ser un proyecto que se prolongue tras la fecha final establecida, debe ser capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias.
- Que sea escalonado, para que, en caso de realizar una salida gradual, los stakeholders que permanezcan hayan desarrollado las habilidades y compromiso necesarios para gestionar un proyecto exitoso.
- Que exista una buena y transparente comunicación. Hay que desarrollar buenas estrategias de comunicación que impacten en el presente y futuro del proyecto, y que hagan de la “exit strategy” un éxito.
Riesgos y aspectos para tener en cuenta
Por otro lado, hay que tener en cuenta que toda “exit strategy” conlleva una serie de riesgos, tanto financieros, como reputacionales, o incluso que puedan afectar a las relaciones con el socio y/o comunidades locales. Para prevenirlos, es clave que las negociaciones previas con los stakeholders del proyecto establezcan un camino claro de colaboración y resolución de conflictos. De esta forma, los participantes deben adquirir habilidades para responder a cualquier reto, incluso cuando la organización se retire del terreno. Se promueve así la creación de un espacio de confianza donde compartir conocimientos y diseñar un exitoso programa.
Algunos retos y/o aspectos para tener en cuenta al diseñar la estrategia de salida son:
- Puede ser difícil dedicar el tiempo necesario a desarrollar las capacidades que permitan conseguir tanto los objetivos de la organización como la flexibilidad necesaria para establecer una buena “exit strategy”. Por tanto, para conseguir una estrategia y objetivo común, los participantes del proyecto deben compartir sus expectativas y objetivos, estableciéndose así unos principios comunes que guíen su actuación en el terreno. Deben ponerse igualmente de acuerdo en qué harán al acabar los plazos, para conseguir una estrategia flexible y transparente.
- Es importante que los participantes dediquen tiempo a la discusión de la estrategia e identificación de problemas y recursos necesarios. Debe de haber revisiones regulares de las circunstancias del proyecto con mecanismos de control que permitan recopilar información para tomar decisiones con respecto a la estrategia a seguir, que pueden afectar a la manera en que saldrán del terreno.
- Los stakeholders deben estar involucrados en el proyecto para conseguir una transferencia eficaz del proyecto y su responsabilidad. Además, se debe establecer una relación de confianza mediante la transparencia en las acciones y claridad en los roles y responsabilidades.
- Se debe intentar que la salida del terreno no tenga ningún efecto negativo sobre las comunidades locales con las que se trabaja.
Por lo tanto, la “exit strategy” no debe basarse en decisiones de improvisto, sino en una sólida estrategia establecida al comienzo del proyecto mano a mano junto al socio local.
Pasos para implementar una buena “exit strategy”
Estos son algunos consejos a la hora de establecer cómo se diseñará la “exit strategy”:
- En primer lugar, hay que identificar los criterios de salida: las posibles razones que lleven a una salida temprana y/o problemas que puedan suceder. Se debe crear entonces una lista de soluciones para contrarrestarlos, con sus correspondientes mecanismos, herramientas y recursos.
- En segundo lugar, realizar el diseño de la estrategia de salida junto con el socio local. Se deben contrastar las expectativas de éxito, desarrollo y resultados del proyecto para establecer unos objetivos conjuntos, además de índices para medir la efectividad de las estrategias. Posteriormente, hay que monitorear los resultados para saber el mejor momento en el que comenzar la “exit strategy” de forma exitosa.
- Por último, recordar la importancia de contar con los socios y comunidades locales, a la vez que se les forma para promover un trabajo más sostenible durante el proyecto, y un impacto a largo plazo una vez la organización se retire.
Bibliografía:
https://ceowatermandate.org/files/iwsi/Tool12.pdf